Adquirir una propiedad rara vez es una decisión puramente racional. Estudios en psicología cognitiva y economía conductual revelan que esta elección está impulsada por motivaciones intrínsecas (seguridad, bienestar) y extrínsecas (estatus, presión social), muchas veces inconscientes. Comprender estas fuerzas no solo evita decisiones impulsivas, sino que alinea tus acciones con tus valores...